TVT | Redacción digital
Al gobierno federal “le urge” acelerar la aplicación de la vacuna contra el Covid-19. Es un proceso que no se debe detener, por lo cual a los adultos mayores se les administrará el biológico de Pfizer, el cual está disponible y cada mes llegarán lotes más grandes. En febrero serán más de 1.8 millones de dosis que no se pueden guardar y tampoco es factible esperar a ver si llega la vacuna china o alguna otra que sea de una sola dosis para facilitar la estrategia de aplicación en las localidades más apartadas del país, afirmaron funcionarios del sector salud.
La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador es que después del personal de salud que atiende a enfermos de coronavirus, se vacune a las personas de más de 60 años y empezar con quienes viven en las zonas rurales; llevar el biológico hasta donde se encuentren.
Sobre los retos que implica el traslado de la vacuna de Pfizer porque requiere ultracongelación además de que son dos dosis, los funcionarios comentaron que el mecanismo se afinará durante enero con las brigadas que irán a los hospitales Covid a vacunar a los trabajadores de salud.
La operación de mil brigadas en cada uno de los nosocomios distribuidos en el país, donde se atiende a los enfermos de coronavirus, será el ensayo de lo que a finales de este mes debe iniciar en las comunidades rurales más apartadas, explicaron.
De acuerdo con el plan de entregas de la vacuna desarrollada por Pfizer en colaboración con la empresa BioNTech, para marzo llegarán al país un millón 833 mil 975 dosis, en abril serán 2 millones 901 mil 725, en mayo 3 millones 750 mil y así sucesivamente, de tal manera que en diciembre, el corporativo habrá cumplido el compromiso de traer a México 34.4 millones de vacunas.
Está en proceso la fabricación del producto del laboratorio Astra Zeneca, desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford, cuyo uso de emergencia en México ya fue autorizado y se prevé comprar 77.4 millones de dosis.
Otros biológicos que también adquirirá México y podrían llegar en los siguientes meses son el de la empresa china CanSino Biologics y el fabricado por el Instituto Gamaleya de Rusia, Sputnik V. Sobre el primero aún se esperan los resultados del ensayo clínico fase 3 y la revisión de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Se debe corroborar que la vacuna china es segura y sobre todo su nivel de eficacia, pues en días recientes circuló información respecto a que tendría una menor efectividad en adultos mayores.
Respecto de Sputnik V, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó sobre un preacuerdo para adquirir 24 millones de dosis. El expediente ya está en revisión por parte de la Cofepris.
Mientras eso pasa, la estrategia de inmunización debe continuar. Tal como se vacunará a los trabajadores de salud en enero, con brigadas y por regiones, con los adultos mayores se hará algo similar.
Con el mismo mecanismo, las brigadas regresarán a las comunidades rurales para administrar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Los entrevistados resaltaron que fue idea y decisión de López Obrador tomar como base los centros integradores que es donde las personas reciben los apoyos de los programas sociales, en este caso, la pensión de adultos mayores. En cada municipio existe un padrón de beneficiarios y cuando sea el momento se les convocará para que acudan a recibir su vacuna.
De acuerdo con esta información, en el gobierno federal “hay optimismo” de que el plan funcionará y se podrá vacunar a todas las personas nacionales y extranjeros que vivan en el país. Incluso está contemplada la inmunización de los médicos cubanos que están en México para apoyar en la atención de los enfermos de Covid-19.
En la siguiente fase, el biológico se administrará a las personas con enfermedades crónicas. De manera paralela se organizarán las brigadas para avanzar en las ciudades de tamaño medio y después en las más grandes, donde a pesar de que la densidad poblacional es mayor, se cuentan con más opciones para facilitar la operación del plan de inmunización.
Fuente: La Jornada