TVT | Redacción digital
El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decálogo para rescatar la industria de hidrocarburos, a partir de frenar la privatización del sector energético, y “terminar de limpiar la corrupción” en Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Nunca más casos como los de Odebrecht o el de la compra a precios inflados de las plantas de fertilizantes, ni la entrega de moches o sobornos a funcionarios y a legisladores. Todo lo que representa significa una vergüenza”, sentenció.
En el la ceremonia por el 83 aniversario de la expropiación petrolera el mandatario ratificó la política energética de su administración y, en materia de hidrocarburos anotó:
“Repito lo que he venido diciendo a lo largo de muchos años: el único dueño del petróleo es el pueblo de México y los beneficios del petróleo siempre serán para el pueblo de México”.
Desde Centro, Tabasco, y ante funcionarios y trabajadores de Pemex, así como autoridades comunitarias de Acachapan de Aztlán, relató que cinco días después de la expropiación petrolera, el presidente Lázaro Cárdenas recordaba en sus apuntes que en 1926, cuando era comandante militar en la zona petrolera de las costas del norte de Veracruz, lo visitó el general Heriberto Jara, gobernador de ese estado, quien le habló de los problemas que con frecuencia ocasionaban las empresas petroleras extranjeras.
A saber: despojos, asesinatos, sobreexplotación de los recursos naturales y mucha prepotencia, pues según escribió Cárdenas, hacían ‘alarde de contar con apoyos poderosos, sintiéndose en tierras de conquista’.
Por eso, añadió, López Obrador, la expropiación petrolera que hoy recordamos es uno de los actos de independencia económica y política más importantes de nuestra historia.
“Y aun con el paso del tiempo, esa decisión serena y firme (del presidente Cárdenas) seguirá siendo un ejemplo de cómo actuar para enaltecer la dignidad nacional y perseverar en la construcción de una patria más libre, más justa, más democrática y más soberana”.
El decálogo
Aquí los 10 puntos delineados por el Presidente López Obrador.
Uno. En primer término, he reafirmado en los hechos el compromiso que adquirí de frenar la privatización del sector energético. Repito lo que he venido diciendo a lo largo de muchos años: el único dueño del petróleo es el pueblo de México y los beneficios del petróleo siempre serán para el pueblo de México.
Dos. Se respetarán los contratos otorgados de la llamada reforma energética, pero no se entregarán nuevas concesiones para la explotación del petróleo y se protegerá a Pemex para mantener su participación actual en el mercado de las gasolinas, el diésel y otros derivados del petróleo.
Tres. Se cumplirá con la meta de producir en México las gasolinas, las gasolinas que el país consume, y dejaremos de importar combustibles del extranjero. Con este propósito, se continuará destinando recursos para la modernización de las seis refinerías existentes; se reiniciará la construcción de la planta coquizadora de Tula, Hidalgo; y se terminará a mediados del año próximo la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco.
Cuatro. Aun cuando se han descubierto tres importantes yacimientos como este, que se llamará ‘General Francisco J. Múgica’, en el municipio de Centro, Tabasco, la extracción de petróleo se destinará a la refinación y no continuará la tendencia a exportar crudo y comprar gasolinas, es decir, toda la materia prima será procesada en nuestro país.
Cinco. Esta nueva política significa no extraer más petróleo que el indispensable para cubrir la demanda de combustibles del mercado interno. En términos cuantitativos, esto significa que durante todo nuestro mandato no sacaremos del subsuelo más de dos millones de barriles diarios; para ejemplificar, en nuestro gobierno extraeremos aproximadamente la mitad del petróleo que se explotó en todo el sexenio de Fox.
Con esta producción moderada cumpliremos el compromiso de reponer -y esa es la norma- el 100 por ciento de las reservas probadas. De esta forma evitaremos el uso excesivo de combustibles fósiles, seguiremos actuando de manera responsable y no se afectará la herencia de las nuevas generaciones.
Seis. Destinaremos más presupuesto para la exploración y perforación de gas, y se invertirá en equipos e instalaciones para evitar la quema irracional de este energético. Cabe recordar que, a lo largo del periodo neoliberal, se optó por desaprovechar este insumo extraído de los yacimientos nacionales y por comprarlo en el extranjero; todo ello, para alimentar los negocios que estas compras representaban para políticos y directivos influyentes de empresas particulares, nacionales y extranjeras.
Siete. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público seguirá reduciendo los impuestos a Pemex para garantizar la ejecución de su programa de inversión, mantenimiento y operación de instalaciones. Pemex es una empresa de la nación y siempre contará con el apoyo del gobierno de la República.
Ocho. Mantendremos el compromiso de no aumentar en términos reales los precios de las gasolinas, del diésel y de otros combustibles. Se acabaron los gasolinazos.
Nueve. Se terminará de limpiar de corrupción a Pemex. Nunca más casos como los de Odebrecht o el de la compra a precios inflados de las plantas de fertilizantes, ni la entrega de moches o sobornos a funcionarios y a legisladores. Todo lo que representa significa una vergüenza.
Diez. Reitero el compromiso con los trabajadores, técnicos y servidores públicos de Pemex. Reitero el compromiso con los trabajadores de no despedir a nadie y de respetar sus condiciones salariales y prestaciones laborales. Asimismo, les expreso de nueva cuenta que mi gobierno garantiza el derecho de los trabajadores a elegir libremente a sus representantes sindicales.
Con los obreros de esta industria y con los obreros de todo México estamos rescatando a Pemex y estamos rescatando a la nación.
Fuente: La Jornada