TVT | Redacción digital
Más allá de China, el mundo inició el pasado mes de marzo su batalla contra la pandemia del coronavirus. Aún no se llega a la mitad del proceso, no hay tratamiento concreto, los estudios sobre la enfermedad continúan in situ y las vacunas podrían estar listas para finales de 2021 o inicios de 2022.
En medio del aluvión de sucesos y del desarrollo de los mismos, un director canadiense, si se quiere visionario o apresurado, tiene lista la que sería la primera película filmada basada en este virus que azota el mundo y parece prometer cambiar la cotidianidad y las dinámicas de socialización por lo menos por un buen tiempo.
Mostafa Keshvari tan pronto leyó las primeras noticias donde se hablaba de un virus con un potencial de contagio descomunal y de muertes masivas, decidió ponerse manos a la obra y escribir una historia, rodarla y terminarla. El hecho que le pareció más curioso fue la noticia sobre el ataque hacia unos turistas chinos, dada la paranoia del contagio.
La escritura, que le tardó dos semanas, la realizó a finales de enero. De bajo presupuesto, le contó a The New York Times que alquiló un espacio en Vancouver, donde acondicionó el edificio y el ascensor donde se ambienta su película, algo que le tomó 10 días más y otros tres de rodaje a inicios de febrero.
Corona es el título que le puso a esta producción de 63 minutos de metraje en el que aborda dos temas comunes en este tipo de circunstancias y que en efecto han hecho parte de la crisis social por el coronavirus: el miedo y la xenofobia. “Corona es un estudio social sobre la sociedad, la gente y las decisiones morales, sobre cómo nos comportamos en circunstancias extremas”, ha dicho Keshvari a distintos medios. El eslogan de su película es: “El miedo es un virus. La esperanza es la cura”. Para el cineasta, explica, “el ascensor es nuestra sociedad y todos estamos compartiendo este viaje juntos”.
Corona se ubica en un ascensor en donde siete personas, vecinas de un edificio, quedan atrapadas y en medio de la incomodidad por el encierro se dan cuenta que una de ellas, una mujer china, está aparentemente contagiada de covid-19. El cineasta también ha dicho que el tema de la discriminación es importante porque en casos como estos, a pesar que el virus no tiene preferencias de color, edad, sexo o raza, los prejuicios de todo tipo salen a relucir. Para resaltar la tensión en medio de esta situación, entre los encerrados en el ascensor están el dueño del edificio, la inquilina china, un hombre de la tercera edad, otro arrendatario endeudado, un ama de casa embarazada y un millenial. Con mezcla de drama, su intención es hacer activo al espectador al ponerlo en dicha situación, partiendo de la pregunta: ¿Qué harías si quedas atrapado en un ascensor con un sospechoso de coronavirus?
Keshvari y su equipo, un total de 25 personas entre técnicos y artistas, nunca llegaron a imaginar que el virus terminaría extendiéndose por todo el mundo tan rápidamente y mucho menos que causaría la cantidad de muertes que ha provocado y las cuarentas. “El coronavirus se movió muy rápido. Nosotros pensábamos que esto iba a pasar pronto”.
Inicialmente tenía planeado inscribirla en festivales, pero el tema del aislamiento social impidió que lo hiciera dada la cancelación de fechas de varios festivales. Ahora el panorama más probable para estrenarla parece ser el del streaming. “La película le pertenece a la humanidad”, expresó al TNYT.
Mostafa permitió a sus actores improvisar y fue rodada simulando ser un solo plano secuencia. Después de ser escrita y filmada en un tiempo récord, ahora busca socios para los derechos de distribución internacional.
Fuente: Blog CineVista