TVT | Redacción
A unas horas para que termine 2019 y como ya es la tradición, donde mucha gente se prepara con los rituales para recibir el Año Nuevo. En este caso, se dará la bienvenida al 2020 de la mejor manera en el amor, la salud, el trabajo, el dinero y demás parabienes.
Fieles a sus creencias, preparan los más extravagantes rituales de fin año y Año Nuevo: el uso de lencería o de ropa interior del color de los más socorridos deseos; degustar 12 uvas al ritmo del mismo número de campanadas; barrer la casa, de adentro para afuera, para sacar las malas vibras; correr alrededor de la casa con alguna maletas para como signo de que se tendrá un “año viajero”, entre otros.
Al respecto, María Guadalupe Martínez Pérez, compartió lo que en su familia se acostumbra en este tránsito entre un año y otro: estar en paz cada una y cada uno de nosotros mismos, bendecirnos cada día para que funciona el año que viene. Sí compramos las uvas, las cosas, claro que sí, pero tradicionalmente no lo hacemos como muchas otras personas exactamente.
En este sondeo de opiniones, también participó Mireya Díaz: sí, las 12 uvas es una tradición familiar; pero además se arma el muñeco que simboliza “El Año viejo” y se quema; esperamos a las 12 campanadas y festejamos con la familia la llegada del Año Nuevo; sí, siempre hay que ser mejores personas y los propósitos son los que nos con lleva siempre a ser mejor.
Aunque otros ciudadanos prefieren no hacen ningún ritual y se encomiendan a Dios en quien confían bendecirá el Año Nuevo, como lo afirmó Liliana González:
“Más que nada, pedirle a Dios. No hay ningún ritual más que pedirle a Dios. De hecho, lo que se vaya a dar que lo bendiga Dios. Simplemente bendigo mis velitas, las pongo el día primero y con la bendición de Dios por delante.
Festejar la llegada de un Año Nuevo no es exclusivo de ninguna clase social, lo importante es conservar la unión familiar, compartir los alimentos y brindar.
¡Feliz Año Nuevo 2020!