TVT | Redacción digital
El recinto más emblemático para los turistas nacionales e internacionales en Tabasco, es sin duda alguna el Parque Museo La Venta donde se muestra, a propios y extraños, su exuberante y majestuosa flora y fauna endémica de la entidad, además de los vestigios arqueológicos de la cultura Olmeca, cumplió ayer 63 años de su instauración.
El Parque Museo La Venta, recinto cultural y recreativo emblemático del país, diseñado, organizado y montado por el poeta tabasqueño Carlos Pellicer Cámara, siendo el único museo al aire libre en Latinoamérica.
El parque-museo debe su nombre al lugar en que fueron encontradas las piezas de la cultura Olmeca. Y fue desde allí y mediante gestiones que realizó en 1951, el poeta Carlos Pellicer que se trasladaron a Villahermosa. Pellicer encontró un lugar ideal para albergar las esculturas monumentales que continúan asombrando al mundo: un predio que tiene ocho hectáreas de selva ubicadas a la orilla de la laguna Las Ilusiones.
Pellicer deseaba que el paisaje fuera muy parecido al de origen y colocar las piezas de acuerdo a como estaban antes de desenterrarlas. Así, en los meses de julio y agosto de 1957, se inicia el traslado de los grandes monolitos con la ayuda de diversas instituciones gubernamentales.
Entre las piezas arqueológicas expuestas se encuentran una serie de cabezas colosales de fuertes rasgos estéticos, esculturas menores, altares tallados en piedra con efigies de gobernantes, piedras recortadas y talladas dispuestas a manera de pisos formando mosaicos con figuras, grandes mascarones y restos de la cubierta de una tumba olmeca, a base de grandes columnas basálticas.
Entre los monolitos destacan: Cabeza de jaguar; Mono mirando al cielo; Jaguar humanizado; Gran altar; Mosaico de jaguar; Rey; Cabeza colosal; Altar con ofrenda; La abuela; Cabeza de viejo y Altar del sacrificio infantil.