TVT | Redacción digital
Un día después de la firma del llamado Convenio Definitivo que Resuelve el Conflicto Agrario entre Bienes Comunales del municipio de Aldama y Santa Martha, Chenalhó, autoridades del primero informaron de dos “ataques con armas de fuego de grueso calibre” de integrantes de “grupos armados de corte paramilitar”, sin que hubiera lesionados.
La firma del pacto, que tuvo lugar la víspera en el palacio de gobierno ubicado en la capital del estado, fue atestiguada por el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, y el gobernador Rutilio Escandón Cadenas.
El secretario general de Gobierno, Ismael Brito Mazariegos, explicó que el convenio se logró “con la modificación territorial a los planos” para que ambas partes se repartieran las 60 hectáreas en disputa, “correspondiéndole 32.5 hectáreas a Aldama y el resto a Santa Martha, Chenalhó”.
En tanto, el alcalde de Chenalhó, Abraham Cruz Gómez, destacó la firma del acuerdo y dijo que “no basta con hablar de paz, sino creer en ella y trabajar para conseguirla; hoy vemos materializado ese esfuerzo y compromiso”.
El presidente por usos y costumbres de Aldama, Adelfo Victorio López Gómez, en nombre de la presidenta constitucional, Verónica Ruiz Pérez, subrayó por su parte que “hemos demostrado que tenemos la voluntad de luchar por la pacificación y no permitiremos que nadie y ningún grupo venga a romper este pacto”.
Un día después de la firma del acuerdo, la Comisión Permanente de los 115 Comuneros y Desplazados de Aldama reportó que ayer integrantes de “grupos armados de corte paramilitar” dispararon balas “de alto calibre desde el punto conocido como Tok’oy y las orillas del río de la localidad de Saclum, Santa Martha, Chenalhó, en dirección a Cocó, Aldama. Están disparando a los trabajadores que intentan cosechar sus cafetales”.
Señaló que posteriormente los hombres armados “atacaron desde El Puente y Tijera Caridad Santa Martha Chenalhó, con dirección a la comunidad de Stzelejpotobtik”.
Fuente: La Jornada