TVT | Redacción digital
No hay necesidad de competir antes de los Juegos Olímpicos de Tokio para puntuar. Alegna Aryday González ya tiene la marca que se necesita para representar a México en la marcha, pero lo más importante es que, al ser la primera en la disciplina de atletismo, puede concentrarse en su preparación y mejorar su marca.
Después de Guadalupe González, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y de su ausencia en el deporte, la marcha femenil mexicana no pronunciaba un nombre como referencia. Alegna a sus 22 años de edad llega como una promesa a largo plazo.
Los últimos tres años fueron de cambios deportivos que tuvo que combinar con su desarrollo académico. Subió a la categoría de los 20 km, distancia en la que ya tiene su mejor marca de 1:30:21 horas alcanzada en abril del 2019 en la República Checa.
Todo iba bien hasta que llegó una lesión en la rodilla y con ello, una cirugía. El pasado 22 de febrero, después de casi dos años sin competir, consiguió el oro en el Campeonato Nacional de Marcha Atlética en la modalidad de Ruta en Costa Rica con un tiempo de 1:34:01 horas.
Alegna ubica sus objetivos académicos a la par del deporte. De hecho, la lesión fue un incentivo para definirse por las Ciencias del Deporte, carrera que recién terminó en la Universidad La Salle, con beca al 100%. Coordinarse en tiempos entre entrenamientos, clases y tareas, no fue sencillo, pero menciona que es responsable y que en los viajes a competencias, el ipad, la libreta y el libro “Fisiología del esfuerzo y del deporte” que le prestó su entrenador Ignacio Zamudio se volvieron inseparables.
“Las clases difíciles fueron biomecánica y bioquímica. Aprender todo eso es complicado, pasé horas leyendo, por ejemplo, sobre la circulación en la sangre. Hay mucha investigación, estamos en constante cambio. Lo que me sorprende de la ciencia es cómo al analizar la urea y el lactato nos podemos dar cuenta de cómo va respondiendo el cuerpo de un atleta. Si se necesita entrenar más o no para llegar a niveles altos de umbral. Me interesa ver cómo se dan estos valores en la sangre”, explica en entrevista con El Economista.
Fuente: El Economista