El Departamento de Salud de Nueva York anunció este martes el fin del brote de sarampión en la ciudad, que llevó a que el pasado abril se declarara una “emergencia pública” por la enfermedad que afectó especialmente a varias comunidades judías ortodoxas en el distrito de Brooklyn.
Aunque no se han reportado nuevos contagios desde mediados de julio, cuando se informó de que se habían acumulado 654 casos desde que comenzó el brote en octubre, el Departamento de Salud advirtió de que continuará vigilando de cerca la situación.
Agregó que la ciudad se mantiene alerta ante el regreso del curso escolar esta semana.
El brote enfrentó a las autoridades neoyorquinas, que bajo amenaza de multa obligaron a la vacunación, y a miembros de la comunidad judía que se oponían a acatar el dictamen alegando que se coartaban sus libertades religiosas.
En medio del enfrentamiento, avanzaba el brote, -que llegó a extenderse por el estado- y del total de 654 casos registrados en la ciudad, el 80 % de estos (525) fueron en menores de 18 años.
De acuerdo con el Departamento de Salud, el 73 por ciento de los casos que se contagiaron con sarampión no estaban vacunados, el 7 por ciento no había completado todas sus vacunas y el 15 por ciento no sabía el estatus de sus vacunas.
Aunque hubo casos en los cinco condados, el 72 por ciento se registraron en Williamsburg, en el distrito Brooklyn, situado en el sureste de la ciudad.
Las autoridades administraron en este vecindario y en el de Borough Park, también en Brooklyn, 15 mil 541 vacunas contra el sarampión, paperas y la rubéola desde que se decretó la emergencia pública.
De acuerdo con Salud, existen aún grandes brotes de la enfermedad en Europa e Israel, así como en países de Sudamérica, África y Asia y exhortó a los neoyorquinos a acudir a sus médicos antes de hacer viajes internacionales para que se aseguren de que están vacunados adecuadamente así como a los padres con niños entre los 6 y 11 meses de edad.
La agencia sanitaria recordó, además, que se requiere que los niños que asisten a guarderías y escuelas tienen que estar vacunados contra el sarampión, paperas y la rubéola a menos que exista una exención médica, como exige una nueva ley.
Fuente: Excelsior