TVT | Redacción digital
La Semarnat autorizó desde el pasado 30 de noviembre la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Proyecto del “Tren Maya Fase I” de manera “condicionada” con una vigencia de tres años para su construcción, un año seis meses para la preparación del sitio y 50 años de operación.
En el resolutivo emitido por la Dirección General de Riesgos e Impacto Ambiental (DGIRA), se establece que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) deberá tramitar y obtener la autorización para el cambio de uso de suelo de terrenos forestales en una superficie de 800.95 hectáreas.
Entre las condicionantes que deberá cumplir el promovente de la MIA para poder desarrollar el Tren Maya Fase I, que va de Palenque, Chiapas a Izamal, Yucatán, es dar seguimiento a los acuerdos que resultaron de la consulta indígena realizada en noviembre y diciembre de 2019.
Además de presentar previamente una propuesta de garantía de control, mitigación y compensación ambiental para las obras que afectarán superficies de la zona federal de cuerpos de agua, dentro del Cañón del Usumacinta y la Reserva de la Biosfera Los Petenes.
También deberá presentar los proyectos ejecutivos de las obras asociadas (estaciones ferroviarias, bases de mantenimiento, taller, estaciones de carga, puentes ferroviarios, entre otros).
Con el fin de que Fonatur cumpla con sus obligaciones, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), le ordenó establecer un Plan de Vigilancia Ambiental, con objetivos, metas, responsables de ejecución, metodología, calendarios y medidas de urgente aplicación.
Las acciones que deberán tener una inspección puntual son: Programa de ahuyentamiento, rescate y reubicación de fauna silvestre; Programa de establecimiento y monitoreo de pasos de fauna; Programa de grupo de atención técnica y operativa; Programa de conservación y restauración de suelos; Programa de reforestación; Programa de supervisión ambiental.
Programa de conservación de la reserva de Cuxtal, Mérida; Programa de rescate y reubicación de especies de flora; Programa de manejo de flora; Programa de manejo de fauna; Programa de manejo de integral de residuos y subprogramas; Programa de educación ambiental; Programa de mantenimiento preventivo de vehículos, maquinaria y equipo.
Programa de monitoreo y seguimiento de la calidad del aire; Programa de manejo del ANP de competencia federal denominada Cañón del Usumacinta; Programa de prevención, mitigación y manejo de contingencias ambientales, así como de las derivadas del cambio climático.
Programa de manejo de escurrimientos superficiales; Programa de monitoreo de la calidad del agua superficial y subterránea; Programa de monitoreo de los cuerpos de agua; Programa de uso sustentable del agua; Programa de prevención y mitigación de riesgos y daños ecológicos potenciales ocasionados al paisaje kárstico, cenotes, cuevas y cavernas, entre otros.
Fuente: Excélsior