TVT | Redacción digital
El miércoles Fitch Ratings decidió mantener la calificación de la deuda soberana de México dentro del rango de grado de inversión, lo que permite al sector público obtener financiamiento en mejores condiciones.
La firma destacó que México registrará uno de los déficits fiscales más bajos de 2020 entre economías con el mismo nivel de riesgo crediticio, cuenta con un marco de política macroeconómica consistente y finanzas “relativamente estables y robustas”.
Entre los riesgos situó una gobernanza “parcialmente débil” y “crecimiento modesto a largo plazo”. La firma espera que la actividad económica se recupere al nivel prepandemia hasta 2024.
La calificación soberana de México fue mantenida por Fitch en BBB-, el último escalón antes de perder el llamado “grado de inversión”, con una perspectiva “estable”. Esto significa que, en una próxima revisión –entre seis y 18 meses– es más probable que se mantenga en el actual nivel. En abril había bajado la nota de BBB al rango actual.
Fitch consideró que una mejora en las perspectivas de crecimiento “respaldada por políticas macroeconómicas creíbles”; “un camino creíble” para reducir la deuda como proporción del producto interno bruto (PIB) y la reducción en los pasivos de Petróleos Mexicanos (Pemex) podrían mejorar la perspectiva de la calificación; en cambio, advirtió, si se debilita la credibilidad del marco macroeconómico con “intervenciones de política poco ortodoxas” que se generalicen, la nota crediticia podría reducirse.
Compromiso con la prudencia: Hacienda
En un comentario a la decisión de la calificadora, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dijo que “refrenda su compromiso con la prudencia fiscal y políticas macroeconómicas sólidas”, respaldadas por una “gobernanza y transparencia efectivas” y “bajo el principio de no corrupción”, que permitan al país reponerse ante la actual coyuntura. Sobre la reforma fiscal con la que cuenta la firma de riesgo, no se pronunció.
Fitch destacó que “los ingresos fiscales han sido notablemente resistentes en 2020, impulsados por el impacto de los cambios en la aplicación de impuestos del año anterior y los acuerdos fiscales con grandes contribuyentes” y se ha reducido el financiamiento.
No obstante, si bien el país “está priorizando la estabilidad de las finanzas públicas”, no dar una “asistencia a gran escala a hogares y empresas representa un posible costo para el crecimiento”.
Hacienda respondió que las medidas puestas en marcha para favorecer la reactivación de la economía, dentro de un ámbito de prudencia fiscal, “están apoyando la recuperación económica (…) Como muestra de lo anterior están el anuncio reciente de un primer paquete de proyectos de infraestructura por 1.3 por ciento del PIB, la reforma de las pensiones y la entrada en vigor este año del T-MEC”.
Fuente: La Jornada