TVT | Redacción digital
Un enorme candil abombado, luminoso, pende en el patio central del nuevo Museo Kaluz. Es la fuente de luz y de color que nutre la ofrenda-instalación que la artista mexicana Betsabeé Romero (CDMX,1963) dedica este año a los miles de difuntos que ha dejado la pandemia de Covid-19 en México y en el mundo, y al mismo tiempo, es un homenaje y perdon para los trabajadores de la salud que han entregado su vida.
El altar de muertos de Romero, es una intervención arquitectónica que siempre parte de tres niveles simbólicos: el cielo, la tierra y el inframundo, los mismos que las culturas prehispánicas entendían. Como en otras ofrendas que ha montado, aquí también retoma los elementos más tradicionales del Día de muertos mexicano (flores de cempasúchil, velas, incienso, copal, pan) y los resignifica en una interpretación artística contemporánea.
“La generosidad que tiene la tradición mexicana me conmueve y me llena de orgullo, no es una fabricación turística, son elementos que nos ayudan a seguir viviendo; yo trato de hacer un homenaje a eso y a los grandes artesanos, cuando era niña tuve la fortuna de empezar desde casa; mis dos abuelas hacían unos altares hermosos y diferentes: una era de Oaxaca y otra del Bajio”, cuenta.
En el Kaluz, del “enorme vientre” colgante y “generoso” surgen brazos de flores que conducen a siete altares de escala humana por entre lo que se puede transitar. En la planta alta del inmueble, se ha representado el inframundo con calaveras de hojalata que ahora llevan cubrebocas. Y la idea es que la gente contribuya colgando del elemento central, listones con nombres, mensajes, e incluso fotografías, de los seres amados que han partido.
La generosidad que Romero devuelve este pesaroso año incluye la posibilidad de montar un altar mexicano en cualquier parte del mundo. La artista ofrece en su página personal (www.betsabeeromero.com
) un tutorial y un kit descargable gratuitamente bajo el título “Una ofrenda de México para el mundo”. Se trata, dice, de “una invitación afectuosa para compartir una tradición que nos ha acompañado en los duelos más profundos por siglos”.
Elementos
Los altares a escala humana tienen tres niveles: cielo, tierra e inframundo. Se han dispuesto siete como las fases del camino al Mictlan prehispánico. En cada altar, una pequeña ambulancia recuerda al personal de salud
Números
Veinte años lleva Betsabeé Romero elaborando altares contemporáneos
Fuente: El Heraldo de México