TVT | Redacción digital
John Lewis, líder de derechos civiles desde los sesenta al lado de Martin Luther King y legislador bautizado como “la consciencia del Congreso”, fue festejado en su funeral por ex presidentes, colegas y compañeros, pero tuvo la última palabra al dejar un mensaje póstumo a las nuevas generaciones de la resistencia de Black Lives Matter.
Feroz guerrero no violento por la justicia racial, Lewis marchó con doctor Dr. King por el sur, y como parte de ese movimiento fue golpeado repetidamente y encarcelado por policías y racistas, pero nunca perdió su optimismo. Fue el orador más joven -de 23 años de edad- en la histórica Marcha en Washington por Empleos y Libertad de 1963 donde King pronunció su discurso “Yo tengo un sueño”.
Encabezó una de las marchas más famosas de la historia del país, con 600 activistas exigiendo el derecho al voto que se les había negado los afroestadunidenses en el sur. Al cruzar un puente en Selma, Alabama, desafiando órdenes de dispersar su marcha, policías estatales con equipo antimotines atacaron con gases, palos y látigos; a Lewis le fracturaron el cráneo. Pero las imágenes de la represión brutal en los medios aceleraron la aprobación de la Ley Federal de Derechos al Voto, uno de los logros fundamentales de ese movimiento.
En 1986, en gran medida por el voto afroestadunidense que había ayudado a proteger más de 20 años antes, fue electo como diputado federal para Atlanta.
Expresó su furia y alegría con el surgimiento del nuevo movimiento de derechos civiles, Black Lives Matter, señalando que sus dimensiones e inclusividad lo hacían diferente a los que había en los sesenta, “no habrá pasos hacia atrás”.
Después de haber sido velado en la rotonda del Capitolio en Washington a inicios de la semana, su cuerpo fue trasladado para su funeral a Iglesia Bautista Ebenezer en Atlanta donde el King ejerció como reverendo y ofreció sermones que inspiraron, entre otros, a un adolescente Lewis.
Tres ex presidentes le ofrecieron tributo hoy en Atlanta. Barack Obama declaró que cuando Estados Unidos “logre una unión más perfecta… John Lewis será un padre fundador de esa America más plena, más justa y mejor”. George W. Bush y Bill Clinton enfatizaron sus contribuciones e inspiración a este país.
Pero Lewis tuvo la última palabra. Poco antes de morir el 17 de julio a sus 80 años de edad escribo un artículo de opinión para ser publicado el día de su funeral por el New York Times.
Bajo el título de “Juntos, ustedes pueden redimir el alma de Estados Unidos”, Lewis escribió que en sus últimos días de vida “ustedes me han llenado de esperanza para el próximo capítulo de la gran historia estadunidense al usar su poder para marcar una diferencia en nuestra sociedad. Millones de personas motivadas simplemente por la compasión humana depusieron el lastre de la división. Alrededor del país y del mundo, ustedes pusieron de lado la raza, la clase, la edad, el idioma y la nacionalidad para exigir respeto a la dignidad humana”
Lewis recuerda que King “dijo que cada uno de nosotros tiene la obligación moral de ponerse de pie, alzar la voz… Cuando vean algo que no está bien, deben decir algo. Deben hacer algo. La democracia no es un estado. Es un acto, y cada generación tiene que hacer su parte para ayudar a construir… una sociedad mundial en paz consigo misma”.
“Gente ordinaria con visión extraordinaria pueden redimir el alma de Estados Unidos al meterse en lo que yo llamo buenos líos, líos necesarios. Votar y participar en el proceso democrático es clave. El voto es el agente de cambio no violento más poderoso que se tiene en una sociedad democrática”, aconseja.
Instó a que se estudie la historia, y que como “la verdad no cambia”, las respuestas de otros tiempos podrían contener soluciones para los desafíos contemporáneos.
Además, invitó a que “continúen construyendo unión entre movimientos que se extienden a través del mundo, porque debemos dejar de lado nuestra disposición de sacar provecho de la explotación de los demás”.
Concluyó que esperaba que esta generación sea la que deje atrás la carga del odio para que la historia reporte que “la paz finalmente triunfó sobre la violencia, la agresión y la guerra”.
Fuente: La Jornada