TVT |Redacción
Al concluir con su tercer día de gira por centrales eléctricas del país, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que si la población no hubiera optado por la transformación en 2018, estaríamos como otras naciones, donde se usan tanques para reprimir.
Durante una visita técnica de supervisión al Complejo Termoeléctrico de Manzanillo, Colima, considerada la planta más grande del país en su tipo, ofreció a los trabajadores del sector eléctrico revisar sus contratos en busca de encontrar mecanismos para revertir las últimas reformas en cuestión de jubilación.
Aprovechó para relatar que el sindicato petrolero, al momento de negociarse el contrato colectivo (cuando aún se mantenía Carlos Romero Deschamps como líder sindical) ofreció elevar la edad de jubilación. “Los mandé al carajo y lo que se hizo fue quitarles privilegios a los dirigentes”, dijo el mandatario, a la vez que subrayó que la estrategia para retomar la rectoría de la generación eléctrica y dejar la participación privada en un 44 por ciento como se encuentra ahora, no representa un monopolio, sino que significa “proteger una empresa estratégica del pueblo y de la nación”.
El Jefe del Ejecutivo federal concluyó este domingo una gira que comenzó en viernes en Querétaro, continuó en Michoacán y finalizó en Colima.
Frente al director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz; la secretaria de Energía, Rocío Nahle; el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta, y el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, López Obrador pronunció un mensaje en dicha planta frente a unos 400 trabajadores.
Los llamó a que se comprometan con el cambio en el país, que se conviertan en protagonistas del cambio con un trabajo conjunto. “Que no haya divorcio, que no esté el gobierno, por un lado, y el pueblo por otro, que estemos siempre juntos”, apuntó.
En sintonía con los mensajes que hizo en las plantas de Querétaro y Michoacán, sostuvo que desde 1983 se apostó por la privatización del sector energético, minero, de autopistas y aeropuertos, con un modelo neoliberal o neoporfirista que generó esclavitud. “¿Qué beneficios tuvo el pueblo de México con esa política?, nada”, agregó.
“Afortunadamente el pueblo dijo basta, y se inició una transformación. Imagínense cómo estaríamos en México si no se hubiese llevado a cabo el cambio de hace un año y medio, de julio de 2018. Miren cómo están otros países que no cambiaron, que siguieron con la misma política neoliberal, están las manifestaciones en las calles, los tanques, reprimiendo al pueblo”, aseveró el mandatario.
Tras señalar que en su sexenio no subirá el costo de la energía eléctrica, y cuestionar que las empresas privadas del sector recibían subsidio y vendían caro, afirmó que “se acabaron esos abusos, va a ser distinto”.
En cambio, apuntó que ahora se debe apoyar al sector energético con inversión pública, por lo que pidió a Bartlett hablar con los dirigentes del sindicato y revisar las últimas modificaciones al contrato colectivo en cuestión de jubilación, esto luego de que un grupo le hizo la petición a su llegada a la planta.
Explicó que dicho cambio lo hicieron hace tres años, por lo que “tienen tache los dirigentes”, y aprovechó para relatar que cuando se desarrolló la revisión del contrato colectivo con los trabajadores petroleros “me mandaron a decir los dirigentes, porque querían quedarse ellos con sus privilegios, y me mandaron a decir que estaban dispuesto a aceptar que se aumentará la edad de jubilación para los trabajadores petroleros, y los mandé al carajo. Lo que se hizo un quitar los privilegios para los dirigentes, no aumentar los años de trabajo para la jubilación”.
No obstante, acotó que no se debe entender que todo fue culpa de los dirigentes sindicales, sino que había muchas presiones, pero ahora hay libertad y democracia sindical.
El cambio en México, dijo, permite hoy decir que hay “gobernabilidad y muchas esperanzas en la gente, y también felicidad en muchos, sobre todo en la gente más humilde, en la gente más pobre que están recibiendo lo que nunca les habían entregado”.
Fuente: La Jornada