El presidente Sebastián Piñera anunció que Chile no organizará la cumbre de los países del Asia Pacífico (APEC) ni el encuentro global sobre el clima patrocinado por la ONU (COP-25) debido a las protestas y manifestaciones que se registran en el país desde hace trece días.
La reunión comercial de la APEC estaba planeada para el 16 y 17 de noviembre, y la del clima para el 2 y 13 de diciembre, ambas en Santiago, epicentro de los principales disturbios de las protestas.
El mandatario chileno explicó que tomó esta “difícil” decisión para centrar los esfuerzos del Gobierno en restablecer plenamente el orden público en el país e impulsar la agenda social que ha propuesto para tratar de descomprimir la tensión en las calles.
Piñera manifestó el “total y absoluto” compromiso de Chile con la APEC, un foro de 21 países de la cuenca del Pacífico a los que se destina el 73 % de las exportaciones chilenas.
La cumbre APEC que iba a realizarse en la capital chilena era el escenario elegido por el presidente estadunidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, para firmar la primera fase del pacto comercial entre esas dos potencias.
Piñera subrayó también su compromiso con la cumbre del clima y destacó el “claro y reconocido” liderazgo que ha tenido Chile en materia medioambiental.
Tras casi dos semanas de un estallido social sin precedentes en los 29 años de democracia, ninguna medida del gobierno de Piñera ha logrado bajar la tensión en las calles, donde conviven un gran movimiento que reclama un país menos desigual, y otro numéricamente inferior, con un discurso antisistema, más radical, que ha originado destrozos millonarios en infraestructuras.
Una encuesta de la Universidad Católica de Temuco reveló el martes que el 94% de los consultados sobre esta crisis está a favor de las demandas sociales.
En un hecho inédito en un país donde la sociedad se divide marcadamente por clases, el sondeo reveló que dos tercios de los encuestados (68%) salieron a golpear cacerolas la semana pasada, incluso en sectores acomodados de Santiago, y el 80% cree que a mucha gente “le está yendo peor” de lo que se dice.
Fuente: Excelsior