Redacción / TVT
A lo largo de la vida uno experimenta ansiedad o depresión, en algunos casos. Sin embargo a veces estas sensaciones se vuelven crónicas y ponen en peligro a las personas, así que lo mejor es que uno pueda reconocer cuando alguien experimenta algún trastorno.
El
Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, es una
oportunidad para concienciar y movilizar a la población acerca de cuestiones
relativas a la salud mental. En esta ocasión, la jornada se centrará en la
prevención del suicidio.
Cada año, cerca de 800 000 personas fallecen por esta
causa, y otras muchas intentan suicidarse. Cada suicidio es una tragedia que
afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene
consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no
respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29
años.
Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de ataques de pánico y ansiedad. Estos pueden interferir con las actividades diarias, afectar la forma en cómo se relaciona con los demás y en casos extremos puede atentar con la vida de quien lo padece.
Por otro lado, la depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración llegan a interferir con la vida diaria durante un periodo de algunas semanas o incluso años.
Cuando se vuelve trastorno, es más que una tristeza pasajera y no puede superarse de la noche a la mañana, pueden requerir tratamiento a largo plazo.
Al igual que con la ansiedad no se tiene un origen claro, pero sí varios factores que favorecen su aparición. Se presenta con frecuencia en personas cuyas personalidades y formas de vida las hacen presentar inseguridad, dependencia, hipocondría, perfeccionismo y autoexigencia.
El estrés ayuda a que se genere, además de que algunas alteraciones a nivel cerebral y genético también pueden propiciar su aparición, así como alguna pérdida importante o por alguna herencia genética.